NOTA
DE PRENSA
Consejos
para un verano
sin alteraciones de la Salud Visual
En verano, la exposición a la radiación UVA se relaciona
con el desarrollo de cataratas, queratitis y en el desarrollo de la
degeneración macular
Juan Carlos Martínez Moral: “En la playa y en la montaña, una
excesiva exposición a la radiación solar puede causar picores, ardor, visión
borrosa, sensibilidad a la luz y sensación de arenilla en el ojo, signos de un
problema ocular. Por todo ello, conviene tomar ciertas precauciones y visitar
al óptico-optometrista”.
En esta época de primavera y verano, las condiciones de luminosidad
van en aumento y también se incrementan las actividades al aire libre y
las horas de exposición al impacto de las radiación ultravioleta (UV)
en los ojos, que favorecen la aparición de alteraciones
oculares severas, como conjuntivitis, queratitis, cataratas y
retinopatías. El uso de unas gafas de sol de calidad con los filtros adecuados
ayudará a prevenir estas dolencias.
Los ópticos-optometristas, profesionales de atención
primaria de la Salud Visual, son unánimes y tajantes en los referido a la
incidencia de radiación solar en nuestros ojos, fundamentalmente en los
periodos primaveral y estival: para proteger los ojos de la dañina radiación
ultravioleta, es necesaria la utilización de gafas de sol que bloqueen el 100
por ciento de los rayos UV y que también absorban la mayor parte de la
radiación luminosa de alta energía (HEV en sus siglas en inglés), una radiación
que se
produce en la banda violeta/azul del espectro visible (entre 400 y 500 nm). Son recomendables, según estos
especialistas, las gafas de sol con un estilo envolvente, ajustada a las sienes
para proteger igualmente párpados y anejos oculares; estas proporcionan la
mejor protección ya que limitan la cantidad de luz solar difusa que llega a los
ojos más allá de la periferia de las lentes de las gafas de sol.
Espectro
electromagnético
La radiación
ultravioleta (UV) es alta energía energía que no está comprendido en el ámbito de la luz visible.
En el espectro electromagnético, las ondas de radio tienen la energía más baja,
y los rayos gamma tienen la energía más alta.
Mientras que muchas personas se
refieren a la radiación ultravioleta como luz UV, el término técnico es
incorrecto porque no se pueden ver los rayos UV.
Las tres categorías de rayos UV de alta energía invisibles son:
Radiación UVC. Es la
radiación UV de más alta energía y, potencialmente, podría ser la más dañina
para los ojos y la piel. Afortunadamente, La capa de ozono de la atmósfera
filtra prácticamente la totalidad de esta radiación UVC, pero el progresivo y
preocupante agotamiento de esta capa atmosférica podría potencialmente permitir
que los rayos UVC de alta energía llegasen a la superficie de nuestro planeta y
causar graves problemas de salud, especialmente en piel y ojos.
Radiación UVB. Tiene menor
energía que los rayos UVC. Estos rayos también son filtrados parcialmente por
la capa de ozono, pero algunos todavía llegan a la superficie de la tierra. En
dosis bajas, la radiación UVB estimula la producción de melanina (un pigmento
de la piel), haciendo que la piel se oscurezca, creando el bronceado. Sin
embargo, en dosis más altas, los rayos UVB causan quemaduras solares que
aumentan el riesgo de cáncer de piel.
Radiación UVA. Estos están
más cerca de la radiación de luz visible y tienen menor energía que los rayos
UVB y UVC, pero pueden atravesar la córnea y alcanzar tanto al cristalino como
a la retina dentro del ojo, generando distintas patologías, como queratitis y
cataratas.
Índice UV
Este índice UV creado por la Agencia de
Protección Ambiental y el Servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos
en la década de los setenta, ofrece un sistema de alerta de un código de
colores para alertar a las personas sobre los peligros de estar al aire libre
en ciertos días.
La exposición excesiva a la radiación
UVA se ha relacionado con el desarrollo de ciertos tipos de cataratas, y la
investigación sugiere que la radiación UVA puede desempeñar un papel esencial
en el desarrollo de la degeneración macular.
“Distintos problemas oculares se
asocian directamente con la exposición excesiva a la radiación UV. A modo de ejemplo,
se ha demostrado que la radiación UVB potencia la creación de pinguécula y
pterigión, que son crecimientos anómalos de tejido en la superficie ocular que
pueden llegar a causar problemas corneales, así como visión borrosa y
distorsionada. En dosis altas a corto plazo, la radiación UVB también puede
causar queratitis actínica, una inflamación dolorosa de la córnea también
denominada “Ceguera de la nieve” es el término común para queratitis actínica
severa, lo que causa la pérdida temporal de la visión.
El riesgo de queratitis es mayor en
altitudes elevadas, pero puede ocurrir en cualquier parte, sobre todo en las
playas, si no se protegen los ojos con gafas de sol de calidad con los
correspondientes filtros de protección UV.
Factores de riesgo en el exterior
Cualquier persona que pasa tiempo al
aire libre está en riesgo de tener problemas oculares debidos a la incidencia
de la radiación UV. Los riesgos de estos daños dependen de varios factores,
incluyendo:
·
Ubicación geográfica. Los niveles de UV son mayores en las
zonas tropicales cerca del ecuador terrestre. Cuanto más lejos esté del
ecuador, menor será el riesgo.
·
Altitud. los niveles de UV son mayores en las
zonas altas.
·
Hora del día. los niveles de UV y HEV son mayores
cuando el sol está más alto en el cielo, por lo general entre 11 y 15 horas.
·
Localización. los niveles de UV y HEV son mayores en
espacios abiertos, especialmente cuando las superficies altamente reflectantes
están presentes, como la nieve y la arena.
·
Los medicamentos. Ciertos medicamentos, como la
tetraciclina, sulfonamidas, píldoras anticonceptivas, diuréticos y
tranquilizantes pueden aumentar la sensibilidad a la radiación UV y HEV.
Sorprendentemente, la nubosidad no
afecta significativamente los niveles de UV. Su riesgo de exposición a rayos UV
puede ser bastante alto, incluso en días nublados o con neblina. Esto se debe a
la radiación UV es invisible, no la luz visible, y puede penetrar las nubes.
El presidente del Consejo General de
Colegios de Ópticos-Optometristas, Juan Carlos Martínez Moral, advierte de la
importancia de la visita periódica al óptico-optometrista y sobre todo de la
prevención con gafas de sol de calidad. “Incluso si no tomamos ningún
medicamento y tenemos los ojos oscuros, aún debemos tomar medidas para proteger
nuestra salud ocular y visual. Afortunadamente, aunque nunca hay una garantía
del 100 por ciento de tener algún problema ocular, la protección es bastante
fácil. Lo primero es pasar por un examen completo para descartar cualquier
anomalía ocular y dejarse aconsejar por el óptico-optometrista en materia de
utilización de productos de protección solar, asegurándonos de usar siempre
gafas de sol de calidad que bloqueen el 100% de la radiación UV, sin olvidarnos
de usar gafas de sol también en días nublados”, subrayó.