La mirada
certera de Antón Beiras
Un libro relata la vida
del insigne oftalmólogo gallego y su invento para tratar el estrabismo
Alejandro Otero y la viuda de Beiras,
Antía Cal, ayer antes de la presentación del libro. // José Lores
AMAIA MAULEÓN - VIGO
Científico exigente, gallego convencido, idealista, creador imaginativo, médico luchador y amante esposo. Antón Beiras vivió demasiado poco para poder ver cumplidos todos sus sueños. Un libro recoge ahora la vida del insigne oftalmólogo gallego que creó el Vigoscopio, un invento para tratar de una manera rápida y sin intervención traumática, a través del tacto, el estrabismo. Un proyecto ambicioso que convirtió a Vigo en referencia mundial en esta línea de investigación pero que, con la temprana muerte de su creador, no llegó nunca a comercializarse.
Científico exigente, gallego convencido, idealista, creador imaginativo, médico luchador y amante esposo. Antón Beiras vivió demasiado poco para poder ver cumplidos todos sus sueños. Un libro recoge ahora la vida del insigne oftalmólogo gallego que creó el Vigoscopio, un invento para tratar de una manera rápida y sin intervención traumática, a través del tacto, el estrabismo. Un proyecto ambicioso que convirtió a Vigo en referencia mundial en esta línea de investigación pero que, con la temprana muerte de su creador, no llegó nunca a comercializarse.
Alejandro Otero (Vigo, 1943) fue uno de los colaboradores más cercanos del
médico en la construcción de los prototipos de este artilugio y conocía bien
sus ideales. Por ello, hace años se embarcó en la recuperación de su figura y
su trabajo. El resultado es el libro "Antón Beiras. La mirada
certera", que presentó ayer en Vigo.
Entre los presentes en el acto destacó una persona, Antía Cal, la viuda del
oftalmólogo, una mujer que aún conserva en la mirada su amor por Beiras.
Aquellos que conocieron de cerca a la pareja, como el escritor Xesús Alonso
Montero, autor del epílogo del libro, recuerdan la belleza de su historia. El
oftalmólogo se casó con la pedagoga en 1947 y ambos decidieron establecer el
gallego como lengua para comunicarse entre sí y con sus hijos, un hecho heroico
en aquella época.
El libro reúne, además de una detallada biografía de Beiras, numerosa
correspondencia profesional y personal del protagonista y fotografías que
ayudan a conocerlo mejor, ya que, como asegura Otero, "para muchos sigue
siendo un desconocido a pesar de su enorme valía y sus altísimos méritos a nivel
internacional".
Primero, Beirascopio
Otero, especialista en electrónica, conoció al médico durante el servicio
militar y Beiras no dudó en contar con él en 1963, para la realización del
Vigoscopio. "Primero lo bautizó como Beirascopio, pero luego decidió cambiar
el nombre en homenaje a la ciudad que le había ayudado a realizarlo",
relata el autor del libro.
En la ETEA –"que por aquel entonces era el centro de investigación
principal de la Marina"– llevaron a cabo la construcción de los dos
primeros prototipos. "Tardamos ocho meses en realizar el primero de ellos
y Beiras lo presentó en Madrid y tuvo una gran trascendencia", relata el
autor.
En diciembre del 64 se trasladaron al Colegio Hogar de Caixanova, que
financiaba el proyecto. Trabajaron día y noche y construyeron el segundo
prototipo, que se mostró en París y tuvo un éxito mundial. "Hicieron a
Beiras propuestas muy interesantes, especialmente para que trasladase la
investigación a la Universidad de Columbia, pero él tenía claro que era en Vigo
donde quería realizarlo, que era en Galicia donde quería centrar su
investigación", describe Otero.
En medio de las conversaciones apareció un inoportuno cáncer que truncó
todos sus proyectos en abril de 1968. "Al morir él murió toda la
investigación", lamenta Otero, que asegura que el oftalmólogo no sólo
trabajaba en la cura del estrabismo, sino también en la creación de un ojo
electrónico para devolver la vista a los ciegos, "un invento que en
septiembre de este año presentó un médico americano, cuando en realidad esa
idea la tenía en proyecto Beiras hacía cuarenta años", advierte.
Otero relata también en el libro algunas anécdotas que nos acercan el
rostro más humano del oftalmólogo santiagués. "En una ocasión operó de
cataratas a la madre del director del hospital en el que trabajaba, el Xeral
actual. La intervención fue todo un éxito y el director le llamó para
agradecerle el buen trabajo. Beiras aprovechó para conseguir una de las
reivindicaciones más necesarias del hospital. "Le dijo que la operación había
salido bien gracias a que había usado su propio instrumental, que el del
hospital estaba inservible, y consiguió, a las tres semanas, que se repusiera
todo el instrumental de quirófanos", recuerda Otero.
El Vigoscopio estuvo "enterrado" durante casi 40 años en el
Colegio Hogar, pero Alejandro Otero lo rehabilitó y lo expuso recientemente de
nuevo al público. Un guiño a su admirado oftalmólogo, a su amigo.
IMAGENES DE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO.
ANTÓN BEIRAS
La mirada certera.
Autor. Alejandro Otero Davila
En la foto Antia Cal Vazquez, Xesús Alonso Montero, Alejandro Otero Davila y Maria Pereira Otero.
Xesús Alonso Montero
Publico asistente al acto de presentación
El Vigoscopio Restaurado despues de 40 años
Enhorabuena por el excelente trabajo realizado!!
ResponderEliminarMuchas gracias Marina.
EliminarAlejandro.
Un trabajo brillante, tal y como nos tienes acostumbrados.
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